Tenemos que distinguir entre la teoría política
de Platón y Aristóteles que era
organicista y los planteamientos políticos de la filosofía
moderna (Hobbes, Locke, Rousseau, Kant) que son contractualistas.
Tanto para Platón como Aristóteles el Estado es anterior al individuo, es
decir, los individuos no son nada fuera del Estado. En cambio, la filosofía
moderna invierte esta idea: son los individuos aislados quienes mediante un
contrato social crean el Estado civil. Estado de naturaleza es
aquel en el que se encontraba el hombre antes de que existiesen el Estado, el
Derecho, la Autoridad… Hobbes, Locke,
Rousseau y Kant se plantearon cómo
éramos y vivíamos en Estado de naturaleza y qué nos
llevó a salir de él formar un Estado civil que es un
Estado regido por un orden jurídico. Trataron de responder, por tanto, a la
pregunta por el paso del estado de
naturaleza al estado civil. Para que este
paso sea posible se hace necesario un contrato social: un pacto en
el que los individuos ceden sus derechos naturales a un gobernante, a unos
representantes o a la comunidad entera para salir del estado de naturaleza.
La función del estado civil según
Kant es garantizar la colibertad: la coexistencia de las
libertades individuales o la libertad política negativa. En este caso Kant hace
gala de un planteamiento liberal afín a Locke y
contrario al “paternalismo” griego del Estado. En su obra
Hacia la paz perpetua que se divide en artículos preliminares, tres
artículos definitivos, suplementos y apéndices Kant desarrolla las
condiciones jurídicas que harán posible la paz perpetua.